Hay un dicho que reza “ayer ya dijiste mañana, así que hoy es el mejor día para empezar”, y cuando se trata de buenos hábitos, no hay mejor receta que esta. Uno de ellos y que hemos dejado de lado, es la buena y conveniente práctica de ser austeros siempre.
La austeridad es la característica particular de las personas o cosas sencillas y moderadas, así como también las personas rigurosas en el cumplimiento de las normas morales; no obstante, la asociaremos esta vez como el buen hábito de las empresas de tener un nivel de operaciones en estricta relación con su capacidad de producir ingresos y que, además, ahorra e invierte.
Quizás una de las cosas que más nos ha enseñado la emergencia sanitaria Covid-19, es la escasa o nula habilidad que tenemos como empresarios para manejar la incertidumbre. Así como hay personas asintomáticas, también tenemos empresas con síntomas de debilidades importantes que pueden convertirse en crisis, pero que no hemos aprendido a anticipar de manera oportuna.
Por eso la austeridad debe ser una práctica permanente en la empresa, vista no sólo como la costumbre de ‘gastar menos’, sino también ‘gastar mejor’, es decir, establecer los mecanismos internos necesarios para garantizar que toda inversión que se realice sea no sólo objetiva, sino también que sea la mejor en términos de calidad, precio y garantía.
El sano hábito de ser austeros siempre garantiza enfrentar la incertidumbre con preparación financiera, ‘El dinero es el rey’ y por ello cuidar el flujo de caja es vital para mantener a flote las operaciones de la empresa en momentos de crisis. Además propiciará que en caso de tener que tomar medidas a nivel financiero, éstas sean menos radicales y por ende los cambios estructurales requeridos sean mínimos o nulos, con lo que la afectación en temas de empleo y clima laboral no pasen factura y se sumen a los problemas derivados de agentes externos a la compañía.
La medicina preventiva siempre será mejor que la paliativa, no podemos predecir el futuro, siempre habrá una buena cuota de incertidumbre, el secreto está en que cuando la crisis toque a la puerta, detrás de ella estén de la mano la preparación y la oportunidad.
MBA. Steven Mejías Rodríguez
Consultor en Dirección de Empresas Familiares
FAMBUSINESS COSTA RICA
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